El hotel tiene una ubicación muy buena, en 15 min. caminando se llega a casi todos lados. Esto es lo único a destacar.
No tiene personal en recepción, a ninguna hora del día, con lo que no hay respuesta rápidas si surge algún problema con la habitación.
Te dicen que para hacer el cheking (pasaportes y pago de impuestos) tienes que ir al otro hotel que está a medio kilómetro. Cosa que no hicimos claro, el último día nos lo hizó el chico que limpiaba.
No nos repusieron papel higiénico ni un día, por suerte encontramos el armario donde los guardaban y pudimos reponer.
El bar concertado para los desayunos está a un kilómetro de distancia del hotel, habiendo muchos más bares mucho más cerca.
El agua de la ducha sale templada tirando a fría, da igual la hora del día, probamos varias horas a ver si había suerte.
La temperatura de la habitación está muy justa, la primera noche hacía frio y el aparato de frio/calor solo funcionaba en modo A.A., con lo que no lo pudimos poner (o no supimos, pero como no había nadie en recepción), el resto de noches la habitación se templó, supongo que porque poníamos la calefacción del baño (que sí que tenía) a todo tren con la puerta abierta.
A las 7 de la mañana, cada día, recogían los contenedores de vidrio junto al hotel con lo que el estruendo te hacía saltar de la cama del susto, cierto es que solo eran unos minutos.
En fin, como dije al principio, es un hotel perfectamente ubicado pero muy, muy justo en calidad y servicios.