La palabra "hotel" le queda grande. Solo queríamos dormir allí y las paredes parecían de cartón, se escuchaba absolutamente todo. Sobre las 2 o las 3 de la noche, alguien empezó a intentar abrir puertas o no se acordaba de cuál era la suya, como se escucha todo parecía que querían entrar en nuestra habitación.
El baño era un pequeño tetris.
Además, cuando llegamos habia obras y no existía ningún cartel que indicase dónde estaba la entrada. Por cierto, la cuesta de entrada podría formar parte de una atracción de Isla Mágica, vaya inclinación.
No repetiría.
Por último, si vais y no queréis coger parking, buscad en Maps "Calle Júpiter", está a 10' andando y no es difícil encontrar aparcamiento.