El hotel tiene unos jardines muy bonitos, arbolados, se escuchan las aves y no te das cuenta que estás muy cerca de la carretera a Saltillo. Las instalaciones están muy cómodas y amplias, lástima que algunas están fuera de servicio por la pandemia. El acceso del estacionamiento a la habitación por el elevador está perfecto. El paisaje desde el balcón es pura vegetación, lo cual es genial y proporciona un ambiente muy relajado. Solamente al inicio el olor de la habitación era como de guardado o viejo, pero como mantuvimos el ventanal abierto casi todo el tiempo porque nos tocó un clima templado, se minimizó. El check in y el check out fue bastante ágil. El único problema es la llegado viniendo del centro de Monterrey, hay que dar vuelta en un retorno un poco complicado y el letrero del acceso al camino que va al hotel es muy pequeño. La relación costo-beneficio muy buena.