Utilizo este hotel cada vez que viajo a Riga por motivos de trabajo, será un par de veces al año. Veo que el la calidad en el servicio está bajando, su personal en recepción es muy seco, tienen poca motivación por complacer al cliente y además no se esfuerzan en nada por hacer la estancia de los clientes habituales más placentera, ni un mísero detalle como recompensa por la lealtad. Por lo demás el hotel sigue igual, bien situado, limpio, bonito y excelente relación calidad-precio. Siempre vuelvo, pero me empiezo a plantear otras opciones de hoteles en la zona que ofrecen algo más y mejor.