Aunque el hotel tiene unos años, es la tercera vez que me hospedaba en él, está en buen estado de mantenimiento. Me pareció que está bien cuidado.
No me gustó el hecho de que al llegar a recepción, me dirigiera en euskera a la persona que nos atendió, y no tuviera una mínima formación como para, al menos, responder al saludo en el idioma autóctono del Baztan. Creo que hay que cuidar ese tipo de detalles.