La ubicación del hotel es inigualable, justo en el centro histórico de Verona, y tienen estacionamiento muy cerca, ellos se encargan de llevar y traer el vehiculo. El hotel es antiguo, pero bien conservado. En general, limpio. El personal es sumamente atento y servicial. El desayuno esta encima del promedio sin llegar a ser extraordinario. Hay determinados elementos, como el baño, la ducha, la habitación misma, que son algo pequeños, pero esto es algo común en Europa. La relación precio-valor es justa, pero volvería, sin duda.