El hotel es estupendo, muy bien situado, a un paso del centro histórico, en una zona entre Piazza Navonna y el río muy agradable para pasear. Hotel muy cuidado, la habitación amplia y cómoda, con un estilo inglés en el mobiliario muy interesante. El personal muy amable, dando mejor información que en las oficinas de turismo.
El desayuno es lo que peor evalúo: no porque tenga poca variedad porque tiene lo suficiente: bollería, panes, yogur, embutido, huevos, ensaladas, zumos, cereales, etc. Es por la calidad del café que te ofrecen: lo pasan en jarra, no está bien preparado y se enfría enseguida. Una pena porque todo lo demás perfecto.