El hotel muy cerca al Vaticano, la habitación confortable. El área de restaurante muy pequeña, no es suficiente para atender a los huéspedes, el desayuno muy pobre, muy básico, ni siquiera de categoría internacional, no disponen de una tostadora ni calentador para el pan, no sirven huevos, ni jamón, sirven una mortadela y un queso de mala calidad. Una sóla persona tampoco alcanza a atender la demanda.