Al llegar al hotel se te cae el alma a los pies, por la fachada y al entrar a la recepción, no tiene armonía ninguna esta como si estuviera sin colocar, pero después subes en el ascensor y entras a la habitación y ves todo nuevo, recién pintado, muy limpio, baños nuevos, la habitación pequeña pero suficiente, la única pega era que tenia una mesa muy grande para tan poco espacio, tenia nevera y para dejar las maletas. El colchón duro, y cómodo, el baño pequeño pero no agobiante, todo muy limpio, ponían todos los días toallas nuevas y gel.
nos dieron habitación a la calle y había mucho jaleo de madrugada, la calefacción estaba a tope, tuvimos que abrir la ventana.
El hotel muy bien situado, fuimos a todos los sitios andando.El desayuno muy completo con yogures, frutas, cereales, mucho dulce con tartas, croissant, bollos, huevos cocidos, jamón york y serrano, queso, muy completo.