El inmueble es muy bonito, con excelente ubicación, nos tocó una habitación con baño de reducido tamaño, nivel París. No hay buen servicio de botones, es más, creo que no existen (¿en un 4 estrellas?), uno llega al hotel y no hay nadie que auxilie con el equipaje. El servicio wi-fi aparte de ser insólitamente impráctico y caro, es una antigüalla. El desayuno lo retiran demasiado temprano, tomando en cuenta se trata de un hotel a orillas de un lago en un pueblo eminentemente turístico, esto es un despropósito. Una pena que un establecimiento de gran potencial se quede tan bajo en los estándares generales.