Una experiencia bastante agradable, por lo general. Eso si, hay que decir que el wifi en la tercera planta, deja mucho que desear. Además en nuestra habitación, el baño olía bastante, aunque dejando el extractor del baño encendido no era muy molesto. Nuestra habitación, como las de la mitad del hotel, tiene un vental con un pequeño balcon de emergencia. El personal es muy agradable, majos, recomendando cualquier tipo de sitio: comida, supermercados,estaciones de tren,sitios cerca para visitar, zonas de fiesta... La ubicación del hotel, aunque en el mapa parezca un poco alejado del centro de la ciudad, esta muy bien conectado, justo al lado de la Heineken experience, de los museos de Van Gogh y demás.