La recepción del hotel, parece moderna y está limpia. La primera sorpresa es cuando la persona en la recepción me pregunta cómo quiero la limpieza de la habitación, indicándoles que no necesito cambio de sábanas para una estancia de tres noches, pero que quiero el cambio de toallas todos los días.
Tengo claro que en Londres, las habitaciones individuales son pequeñas, pero esta era tipo “zulo” con solo tres perchas para la ropa y además se confirmó mi sospecha que la limpieza no era la virtud del hotel, observando telas de araña en una lámpara y en las cornisas de la habitación, junto con comida encima de un radiador, que debía ser de los huéspedes anteriores.
Este hotel no tiene servicio de desayuno, pero hay un calentador eléctrico (tipo tetera) para calentar agua. El problema es que cuando quiero usarlo, observo que está asquerosamente sucio.
La constatación de que no limpian, absolutamente nada, ha sido al llegar a dormir la segunda noche, puesto que en la pileta había restos de mi afeitado matinal y el inodoro tenía suciedad, puesto que no hay escobilla.
La televisión, tampoco funcionaba correctamente, sin posibilidad de hacer nada en el mando a distancia, aún después de haber sustituido dicho mando.
Lo único positivo, la amabilidad del personal de recepción.