El hotel es pequeñito, y el personal agradable. Cuando entramos a la habitación nos llevamos una gran sorpresa: de lo pequeña que era. Casi te chocabas con la cama al entrar, no sabíamos donde colocar las maletas para poder pasar al baño o andar por la habitación. El baño está completamente reformado pero es muy pequeño y la puerta no se cerraba. La habitación que nos dieron no corresponde con la de la foto, habíamos reservado la doble y nos pusieron en la de dos camas individuales juntas. Por otra parte, se escucha a todo el que pasa por el pasillo, y los que pasan por el pasillo te escuchan a ti. Durante nuestra estancia nos molestaron varias veces de madrugada otros huéspedes del hotel que pasaban por el pasillo (entraba la luz de este), y hacían ruido. Esto nos molestó bastante. Por lo demás estuvimos muy a gusto, está muy cerca de Notre Dame, del metro que además tiene conexión directa con el Orlyval. A pesar de todo, muy contentos con el viaje y el hotel es acogedor, se está a gusto.