Aunque decepcionante a la entrada (no hay hotel en la planta baja) todo empieza a mejorar al subir a la recepción (1ª planta) Recepcionistas muy agradables y dispuestos a ayudarte en cualquier adversidad, ascensor roto: te acompañan; no hay llaves: te abren la habitación con la suya; te guardan el equipaje el último día; localizan tu taxi, te aconsejan restaurantes.... Habitación para 4 personas amplia, camas confortables y limpias, ventanas a la calle, agradable, café de cortesía con galletitas - se agradece-. sorpresa estupenda: dos baños, pequeños pero dos y limpios. Sin lujos pero correcto. Bien situado en París. Rodeado de restaurantes y bien comunicado. Estuvimos a gusto.