No muy lejos de la estación de buses y de trenes de Vilnius, se encuentra este hotel, el cual presenta un razonable confort y una buena ubicación.
Prácticamente enfrente a la Puerta de La Aurora, tiene la particularidad de estar cerca de las atracciones de la hermosa ciudad de Vilnius y a la vez lejos del bullicio de su centro.
La habitación que ocupamos (a la que sea accedía luego de un curioso trasbordo de ascensores), era sumamente amplia y confortable, aunque su arquitectura era algo particular ya que la inclinación del techo obligaba a que gran parte de la misma no era aprovechable por su altura. Sin perjuicio de eso, la estadía fue muy buena, el desayuno razonablemente servido y el personal amable en su trato. Muy buena opción de alojamiento.