Muy buena relación calidad-precio. Habitación muy limpia, edificio reformado, muebles bien conservados, baño muy limpio y en buen estado. El desayuno mejorable, pero con la facilidad de poder desayunar desde las seis de la mañana, lo que en Roma está muy bien (las iglesias abren a las siete). Tranquilidad absoluta. La ubicación excelente, a cinco minutos del Castel Sant'Angelo, y un metro a diez minutos, que para Roma es casi al lado. Repetiría sin duda.