El hotel está bien ubicado, a unos 10 minutos de la estación de trenes San Benito donde puedes tomar el tren directo a Braga, Guimaraes o Aveiro; de igual manera está cerca de la Catedral y a unos 15 minutos andando al puente Luis I. Cerca encontrarás restaurantes y supermercados.
La habitación no fue quizá la mejor debido a la humedad quizá porque no recibe luz desde la pequeña ventana que tiene. Sin embargo la cama es cómoda y el baño y ducha estaban limpios.
El desayuno es regular, sus panes son muy buenos(cruasanes portugueses) y alguna selección de charcutería, quesos, mermeladas y frutas de lata. Café y zumo de concentrado también. Quizá se agradecería que incluyeran algo de comida caliente como huevos y/o tocino.
El staff del hotel es de lo más agradable, tuvimos la oportunidad de ser atendidos por 3 personas diferentes en recepción y todos fueron muy amables y siempre dispuestos a ayudarte; la chica que está en las mañanas recibiendo huéspedes hablaba 4 idiomas, algo bastante necesario para una ciudad turística, además, uno de los días que estuvimos falló el internet y nos explicó las causas(ajenas al hotel) y en cuanto el servicio se reestableció tuvo la atención de preguntar si ya habíamos podido conectarnos al Wifi.