El hotel es muy bonito y está perfectamente bien ubicado, a unos minutos de la plaza principal de la Ciudad Vieja y a la vuelta del Convento de Santa Inés. Pero a pesar de ser un gran lugar, en una gran ubicación, no es eso lo más impactante, lo mejor que tiene es el servicio. TODOS, literalmente, desde el dueño hasta el chofer que envían por ti, el encargado de la recepción en la noche y las chicas que atienden en el día, TODOS se preocupan por atender tu necesidad, sugerirte y reservarte donde cenar, hasta decirte (y literalmente acompañarte) al ATM más conveniente, prestarte guías locales, conseguirte un guía turístico, guardar tus maletas… He estado en mucho hoteles en muchas ciudades del mundo, y no me acuerdo de un equipo tan enfocado en hacerte pasar una estancia en su hotel y en su ciudad como en este.