Fue una gran experiencia, el trato muy personalizado y amable, es como llegar invitado a la casa de un amigo. La ambientación es muy buena, no es lo mismo que llegar a cualquier hotel, en realidad se convierte en la oportunidad de vivir por unos días en un edificio con muchos siglos de historia y sentirse como un habitante de Florencia. Todo está muy cerca, incluso puedes caminar desde la estación del tren hasta el hotel, toma alrededor de 20 minutos. Una muy buena opción para quien desea viajar y experimentar algo diferente al resto de los hoteles.