Llegamos a las 23h y no tuvimos ningún problema en la reserva y nos atendieron en español, tal y como dicen. Habitación grande con dos camas individuales juntas que hacian una gran cama de matrimonio. Lavado en muy buen estado y moderno. Buena ducha.
El desayuno, para mi gusto, poco variado pero habia de todo: huevos, bacon, frankfurt, cereales, embutidos, pan (sólo de un tipo), algo de fruta y muchos tipos de bizcochos.
El zumo de naranja era una especie de fanta de naranja super dulce (un punto negativo) pero los cafes había de todo tipo y muy buenos.
Si vuelvo a Bolonia podría repetir.