Lo mejor del hotel el personal, muy correctos, agradables y dispuestos a hacer la estancia agradable. Sólo llevábamos alojamiento, no nos gusta depender de los horarios de los comedores, por tanto no puedo opinar de los servicios de comedor. No obstante, en cuanto al hotel, en nuestra opinión le sobra una estrella: lo mejor es su ubicación, cerca de la playa, pero es el típico hotel de los años 70 en el que no se ha invertido, ni ahora con la crisis, ni antes en los años de bonanza. A título de ejemplo: según subes a la planta divisas la moqueta de los pasillos vieja, descolorida, con manchas... y las paredes agradecerían una mano de pintura. Desde la habitación se escucha todo lo que acontece en el pasillo y habitaciones contiguas. Respecto a las camas, indicar que no pasa nada si se cambian los colchones, ya están amortizados, cada vez que te mueves parece que los muelles organizan una fiesta. En cuanto a las sábanas, limpias pero excesivamente gastadas, tampoco pasa nada si se renuevan. La limpieza de las habitaciones muy muy justita, aparentemente falta personal, llevan demasiadas prisas.