Me pareció un cuatro estrellas muy correcto según llegué pero cuando abría la cama para comprobar las sábanas (una manía como otra cualquiera) me sorprendió ver la cantidad de 'pelitos' que había en ellas. Estaban limpias pero con pelos. Sé que a veces pasa al sacarlas de la lavadora, a mí me pasa en mi propia casa, pero es la primera vez que me ocurre en un hotel. Ídem con las toallas. Y había una ligera capa de polvo en los muebles. Por lo demás, está bien y, pese a lo que pueda parecer, dormí allí dos días sin mayores escrúpulos. La cama es muy cómoda y las cortinas cierran estupendamente, con lo que la oscuridad es total para conciliar el sueño. El bufé, sin cerdo por supuesto, es correcto.