Muy céntrico, dentro de la propia muralla, a pie de cualquier zona.
Lo peor para mí fue la habitación... Los muelles de la cama era horrible.. se clavaba todo.. Tuvimos que poner una manta y aún así se notaba...
La almohada igual.. súper baja y blanda, como si no tuvieras nada puesto... Aunque al día siguiente pedimos otra más y nos la dieron y bueno, algo mejor si te pones dos almohadas juntas.
Los muebles muy antiguos, huele a viejo y encima habitaciones con moqueta...excepto el baño que está bastante nuevo.
La piscina está en el sótano, y se ve muy antiguo y poco higiénico.. huele mal..
Lo demás todo bien..el personal, bastante majo.
A pesar de estar en el propio centro , no volvería, ya que para mí es fundamental descansar bien, y este hotel no proporcionaba dicho servicio adecuadamente. (Al menos mi habitación, planta 3)