Es un hotel para quienes buscan estar fuera casi todo el tiempo porque no está mal, sin ningún tipo de lujos. El personal muy atento y amable y en cuanto la habitación, bien aunque con mobiliario antiguo. Muy mejorable el baño, antiguo y muy pequeño, resultaba muy cómodo para lo más básico.
Lo mejor, la situación, muy próximo a la parada de bus del aeropuerto, a la estación de trenes y al centro histórico.