El Riad es una maravilla y la ubicación es brutal, tardas dos minutos en llegar a la Plaza de las Especias. Contratamos transfer del aeropuerto hasta allí y lo pagamos en el momento de hacer el Check-out, pero cuando fuimos a pagarlo, no llevábamos el dinero Justo y tuvimos que darles de más porque uno de los chicos nos contó “que no tenían cambio”, fue una despedida un tanto amarga. Pero todo lo demás, de 10: una chica que trabaja allí (la única que hablaba español) fue un amor, y la bienvenida también estuvo fenomenal, té con menta y un mapa para guiarnos. Además, fueron ellos los que nos recomendaron la app para movernos por allí sin Internet (aunque perderse está igualmente asegurado al 100% jajaja) y los desayunos eran un banquete espectacular. El wifi funcionaba perfectamente y, aunque no te hacen la habitación, todos los días vienen a pedirte las toallas para ponerte unas nuevas.
Claramente volvería.
Por cierto! Recomiendo al 200% contratar el servicio de transfer, primero porque es un taxi privado con precio cerrado (te ahorras discutir con los taxistas cuando tratan de engañarte con el precio) y segundo porque los riads se encuentran en calles complicadas de encontrar, así que cuando el coche ya no puede acceder más por las calles de la Medina debido a su estrechez, un hombre con carretilla te lleva las maletas hasta la puerta de tu riad.