He de destacar sin duda la localización del hotel. Está situado al norte de Sultanahmet, a 5 minutos del puente de Galata y otros 5-10 minutos del Palacio de Topkapi, Santa Sofía y Mezquita Azul. Para nosotros es sin duda la mejor zona. Además, y por si ésto fuera poco, la calle del hotel es tranquilísima, algo muy difícil en Estambul. El tranvía y los coches quedan en la calle de atrás y desde la habitación no se oye nada.
Las habitaciones son pequeñas, pero nuevas, limpias y muy cómodas. Dos personas con maletas grandes no tuvimos en ningún momento sensación de falta de espacio.
El personal del hotel es estupendo, muy atentos. Como ya se ha mencionado en otros comentarios, los dueños del hotel te orientan si lo necesitas en cómo organizar tu día.
Aunque desde el hotel se puede ir andando a prácticamente todas partes, te dejan una tarjeta de transporte, que puedes recargar y el coste de los desplazamientos (tranvía, autobús o ferry) sale mucho más económico que comprando los viajes sueltos.
En fin, si volviésemos a Estambul, sin duda repetiríamos en este hotel.