El apartahotel está situado junto a 900 metros de la estación de tren, junto a una parada de tranvía que lleva hasta ésta. Está muy cerca del Castillo y en una de las zonas con más bares y restaurantes de Nantes. Esto implica que en las habitaciones exteriores, que no están bien insonorizadas, se oiga todo el bullicio.
Parte del amable personal habla español.
La habitación era grande con dos camas, dos mesas, dos sillas, sin portamaletas, armario grande, televisión sólo con canales franceses, todo ello nuevo, limpio y en buen estado. El cuarto de baño era nuevo y con ducha. Había una pequeña cocina que no utilizamos.
El desayuno era muy básico, con poca variedad y escaso personal: no reponen lo que se acaba.
Al hacer el check-out te guardan la maleta el resto del día, con una ficha con el nombre y sin coste alguno.