Las habitaciones son gigantescas. Realmente grandes. Tienen un frigorífico entero (no uno de estos "minibares". Está todo muy limpio. El baño era también muy grande, con ducha (no bañera). Todo muy nuevo. Hay pocas habitaciones y no se oye mucho a los vecinos. En la parte negativa habría que comentar que es algo complicado dar con el hotel (está entre unos bloques algo descuidados de la época socialista). Está algo alejado del centro de la ciudad, pero al lado hay un centro comercial y restaurantes, bares, karaokes (muy populares en esta zona). Para ir al centro se puede tomar cualquier trolebús (cuesta unos 10 céntimos de euro).
En mi habitación había caja fuerte.