El hotel está bien comunicado, a menos de 10min de la estación central, como a 15min del centro de Zurich, pero el barrio es totalmente residencial y no muy entretenido en una vista de turismo.
El personal es muy amable, pero la puerta cerrada a partir de las 23h (si bien hay personal las 24h) le da cierto aire provinciano.
El edificio es moderno y con un gran diseño, pero eso no significa que sea cómodo. Por ejemplo, para llegar a las habitaciones del patio tienes que pasar por un corredor descubierto en pleno invierno, lo que no es muy práctico.
La habitación amplia con una cama ligeramente blanda y el baño casi abierto. No hay nevera. Las ventanas no disponen de persianas o cortinas totalmente opacas.
Teniendo en cuenta el precio medio de los alojamientos en la ciudad este hotel supone una buena calidad/precio pero no pasa de funcional.