El acceso con el coche es muy difícil porque las calles son muy estrechas (estaría bien saberlo antes), tuvimos que dejarlo en un parking bastante alejado, el suelo de Albaicin es de piedras por lo que ir con las maletas es muy complicado, por suerte a la vuelta vimos un taxi que nos llevó al parking con todas las maletas.
Reservé para 5 personas pero solo había 4 sillas, una de las camas está en un altillo por lo que hubo algún chichón y no había ropa de cama para preparar la cama del sofá. Eche de menos una manta para poder ponerme por las noches. La ducha es pequeña y el retrete se atascó el último día.
Las vistas a la Alhambra son muy bonitas (hay que subir a la última planta para verlas), el patio también es agradable.
Está cerca del centro.