El hotel es muy bonito y la cama es realmente cómoda, ¡ojalá me la pudiera llevar a casa! El personal es muy amable, hay un metro muy cerca que te lleva al centro en pocos minutos y varios supermercados en la calle de al lado. Lo único malo fue que la limpieza de la habitación no era perfecta, unos días se olvidaban reponer unas cosas y otros días otras, pero en recepción nos daban lo que necesitásemos (café, papel higiénico, etc). ¡Repetiremos!