El hotel nos encantó. No esta en el centro de Koblenz pero al ser una ciudad tan pequeña llegas enseguida a cualquier sitio. Esta en frente de la estación del tren, así que si lo que quieres es hacer una visita rápida de un día a la ciudad y por la noche coger el tren de vuelta el hotel es perfecto porque puedes dejar la maleta y al final del día volver a recogerla y estas ya al lado de la estación. El hotel esta nuevo, la decoración es sencilla, moderna y agradable. Las habitaciones son muy muy confortables y se descansa realmente bien, no hay ningun tipo de ruidos. El desayuno es sin duda alguna lo mejor del hotel, la variedad es muy amplia, los productos son buenos y esta todo riquísimo. Es una buena forma de alegrarte el día nada mas empezar, por lo tanto recomiendo 100% coger el desayuno, vale la pena pagarlo.