El hotel es muy cómodo, amplios pasillos, escaleras, lugares de estar. Rincones acogedores con sillones. Un jardín precioso. Se puede tomar el desayuno o comer afuera entre flores y bajo sombrillas. El entorno de la Toscana es maravilloso. Baño y habitación cómodos. Si pondría un AA, sólo eso , en el dormitorio que me tocó, por la orientación. El personal atentísimo y simpatico. Y el hotel también tiene un bar, aparte del restaurante. Tuene estacionamiento. Volvería año tras año