Hotel decorado con gusto en una casa antigua rodeada de viñas. Hay 8 habitaciones, todas ellas diferentes, y cuentan con una pequeña piscina al aire libre, gimnasio, sauna y un gran jacuzzi. El desayuno es correcto, con productos de calidad. Lo único negativo que encontré es que mi habitación no tenía una mesa sobre la que poner un ordenador, por lo que entré la de la terraza (mojada por la lluvia).
El precio me pareció correcto, por lo que lo recomendaría.