Nos atendieron muy bien, muy amables todos y hablando con nosotras en español. La habitación espaciosa, el desayuno -aunque siempre es el mismo- muy rico y variado -queso y jamón, bollería, cereales y tostadas con mantequilla y mermelada, además de zumo natural, café, colacao y té-. Está muy bien ubicado, desde allí se puede ir andando al resto de la ciudad en unos quince-veinte minutos lo más alejado.