Estuvo muy bien, el hotel es muy confortable, de muy lindo diseño, agradable estar ahí. Tiene dos contras importantes: el staff es tremendamente antipático, con todo el mundo, muy mala onda, no sonríen. No es porque son israelíes (mayoría más bien parcos) sino porque parecen no estar contentos con sus trabajos. El otro problema es el garage: hay pocos lugares y se asignan por llegada. Tres veces me pasó que me dijeron que estaba completo y no estaba, no se qué negocio tienen allí. Por lo demás, lo mejor es la ubicación, frente a la playa, recomendable sobre todo por eso y porque está muy cuidado.