Hemos pasado el fin de semana de San Valentin en este encantador hotel rural, el personal super amable, el hotel antiguo molino de aceite restaurado con un espectacular salon comedor, un patio empedrado muy bonito, las habitaciones acogedoras y muy limpias y el desayuno y la cena espectaculares, todo muy casero con ingredientes de primera calidad. A pesar de mal tiempo que tuvimos, hemos pasado el fin de semana muy relajados a la vez que romántico. Lo recomiendo como el sitio ideal para relajarse y disfrutar de su gastronomía en un entorno rural rodeados de olivos.Que mejor despertar que el piar de los pajarillos al amanecer...