El hotel está en un bonito enclave de Comillas, pero lejos del pueblo y de la playa, está en la parte alta. La apariencia del hotel es buena, pero pese a que indican que han implementado un protocolo Covid de limpieza; no es aparente. En la habitación, por ejemplo, los mandos de la TV y aire acondicionado, no daban la impresión de estar desinfectados. No nos cambiaron una de las toallas que dejamos en el suelo, sino que solamente la doblaron y volvieron a dejar; no era cuestión de desperdiciar agua, la toalla estaba sucia y necesitaba cambio. Se lo indicamos a dirección.
La gran decepción fue el desayuno, nos indicaron en el check-in que había tres opciones de desayuno, así que entendimos que era un desayuno preparado, pero resulta que era un buffet, sin ninguna medida de protección (los platos sin cubrir) más que unas tenazas de cartón individuales que la gente no utilizaba. Vimos muchas personas dentro del hotel sin llevar mascarilla o moviéndoselo por comedor. No fue una experiencia relajada. La imagen que el hotel ofrece frente al Covid, no es buena.
El hotel acepta mascotas, así que te puedes encontrar con un perro en la habitación continua, que no es un problema en sí, pero si quieres una noche tranquila es mejor que tengas esto en cuenta.