Lo único bueno del hotel es la ubicación. El hotel un poco anticuado, la nevera no enfría aunque está encendida. La TV no funciona correctamente y lo peor de todo el desayuno. Poca variedad, poca cantidad, mesas pequeñas y muy juntas entre sí, casi no te puedes mover, y el personal muy desagradable y antipático.
Si vuelvo a Budapest, no contemplaré este hotel.