El hotel está bien, todo muy nuevo, limpio y funcional. Ubicado muy cerca de una parada de autobús que te lleva a la plaza de Roma. A la ida se tardan 10/15 minutos. A la vuelta casi el doble por ser de la últimas paradas. La frecuencia de autobuses alta y hasta las doce la noche. La relación calidad precio en Venecia muy buena.
El personal muy amable salvo alguna excepción.
No llamo la atención que la hora límite de desayuno no significaba limite de acceso al comedor, como siempre me ha sucedido, es la hora en la cual pasan por la mesa por si queires algo mas que van a retirar el bufet. Solo hay que tenerlo en cuenta en el cálculo de tiempo.
Ah, tiene un gran tostador (de los que se mete el pan por un lado y sale por otro, bastante comodo) pero no te dejan tostar pan mas que de molde, según un chico, que parecía el encargado del momento, es porque otro tipo de pan se quema y huele... cada uno que piense lo que quiera pero sabedlo los españoles que tan aficionados somos a las tostadas.