El complejo en sí es bonito, sin embargo, se trata de un todo incluido de baja calidad.
La comida deja mucho que desear (después de 1 semana en 3 islas de Cabo Verde, este hotel es donde peor comimos), con un sistema de reserva de restaurante que hace que uno no puede cenar donde quiere ya que algunos restaurantes están reservados con una semana de antelación.
El alcohol que entra en el todo incluido es de muy mala calidad (marcas blancas), si uno quiere marcas Premium debe pagar 25€/persona y día (nota: una copa en el pueblo de Santa María, al lado del hotel, cuesta unos 4€).
El wifi no funcionaba los 2 días que estuvimos ahí.
La playa del hotel está al lado de una zona en reforma, por lo cual, están las excavadoras haciendo ruido de forma perpetúa.
Tomando en cuenta que Cabo Verde es un país muy barato para comer/beber y donde los taxis también son baratos, no recomendaría ir en un hotel todo incluido, no ofrece ninguna ventaja. El perfil de los huéspedes son extranjeros que se quedan en el hotel sin salir del complejo, es una lastima hacerlo en Cabo Verde donde es tan fácil viajar y conocer a gente local, y disfrutar de todo lo que ofrece la isla, por un precio muy inferior al coste diario de este hotel.