El hotel está bien ubicado en el centro de Túnez, a unas cuantas cuadras de la avenida Habib Bourguiba, donde se encuentra una gran cantidad de cafés al aire libre para degustar muy buenos helados y, por supuesto, café. También se encuentra cerca de La Medina, lugar donde se pueden comprar artesanías buenas, bonitas y baratas, si es que se sabe regatear. Pese a que es un edificio antiguo las instalaciones están en buen estado, pues se aprecia que le dan mantenimiento regular al inmueble. El desayuno buffet es bueno, aunque se echa de menos que no haya una mayor variedad de platillos tradicionales. En general, la atención del personal es buena, los empleados son amables, atentos y solícitos. Un gran pero, sin embargo, es la limpieza de las habitaciones pues no parecen tener la consigna de barrer y trapear todos los días. Por supuesto, que si se comenta en la recepción se soluciona el problema, aunque ese no es el punto ¿cierto? En suma, el hotel es, en mi opinión, muy recomendable.