Ubicado en una zona perfecta para moverte por la ciudad, calle rodeada de lugares para comer y tiendas de souvenirs. Metro a 2 min con el que llegas al centro en menos de media hora. Puedes llegar andando a Notting Hill y a Hyde Park.
Servicio muy atento, tanto en recepción como en la sala de desayunos.
La habitación es algo pequeña y se echa en falta algo más de espacio, pero al final vas a la habitación prácticamente a dormir.
El desayuno es el típico: bolleria precongelada, salchichas, huevos, bacon, yogur, cereales, fruta... Lo más destacable es la buena atención de las chicas encargadas.
En general recomiendo este hotel y, sin duda alguna, repetiría