Nuestra experiencia fue dulce-amarga, cuando llegamos nadie nos atendió, no sabíamos qué hacer o donde ir porque no existe rotulación sobre la recepción, no habían guardas o empleados a quien pudieramos acudir, tuvimos que empezar a decir "hola" a ver si alguien salía, finalmente salió uno de los empleados que nos atendió pues ni bien ni mal, servicio al cliente definitivamente le hace falta, pero tampoco es descortés. Cuando llegamos a la habitación estaba muy hermosa, tenía una increíble vista a la Bahía Nacascolo, fue muy buena decisión en cuanto a la vista, la tranquilidad y la paz para descansar. NO HAY RESTAURANTE NORMAL, o sea no hay almuerzos!!! teníamos que ir TODOS LOS DÍAS al centro que está como a 15m EN TAXI que te cobran masomenos 3 mil colones por ida y otros 3 mil de vuelta, sale carísimo estar viajando todos los días, pero debes hacerlo si no mueres de hambre, la calle está TERRIBLE hacia el hotel llena de miles de huecos y los taxis no te quieren llevar hasta allá... es difícil el transporte hacia esta zona. En cuanto a la cena, pues no hay mucha variedad y son platillos muy wow. y RECAROS!!!, pero nada como el desayuno que si bien no es tan malo TODOS LOS DÍAS ES EL MISMOOOOO, Cuando nos fuimos no había nadie que nos recibiera la llave ni revisara el cuarto tuvimos que dejarla en la habitación y pues ni modo irnos así, es un lugar muy extraño, no es feo, pero no era lo que esperaba ni tampoco valió lo mucho que pagamos por esa habitación.