El hotel es muy feo, viejo y le hace falta mantenimiento con urgencia. Lo único bueno fue el chico de la recepción que fue muy amable y eficiente al resolver el problema que hubo con nuestra reservación, pues al parecer perdieron nuestra reserva. El desayuno es muy pobre y no muy bueno, pero el café es bueno. El hotel está cerca del aeropuerto, pero muy muy lejos del centro de Milán, aunque justo afuera del hotel hay una parada de autobús. No volvería a este hotel, la verdad fue muy mala experiencia.