La estancia correcta, la ubicación muy buena.
Los comentarios y actitud del señor que nos atendió a la llegada un tanto machistas, ignorando a la chica de una pareja que llegó a la vez que nosotros, esperando a 'mi marido', (aclaro que no lo tengo, pero q si lo tuviera, sería capaz de decidir sin él), y explicandome cómo funciona la tarjeta de la puerta, no vaya a ser que no conocza las tecnologías más punteras... (al chico de la pareja no le dió la explicación, me miraba alucinando igual q yo...).
Además también tuvo el poco tacto de comentar en alto los precios que ibamos a pagar cada uno, (ellos sensiblemente menos) y que ellos estaban invitados al desayuno.
En fin...