Es un hotel agradable, cómodo, con habitaciones grandes aunque austeras. Nosotros elegimos una habitación familiar con siete camas, aunque eramos cuatro (mi marido y yo y mis dos hijos), estas tienen la ducha y demás dentro de la habitación.
Incluyen el desayuno, que es bastante bueno, y que reponen continuamente, por lo que da igual desayunar a las 7 que a las 10, siempre hay de todo.
me gustaron las zonas comunes, muy amplias y cómodas.
No me pareció bien que no te faciliten toallas y te cobren 4,50 euros por el alquiler de las mismas, y la calefacción resulta algo ruidosa.