Bastante bien, pero al hotel le hace falta una reforma integral pues todo eran escaleras entre las habitaciones y pisos. No está adaptado para nada para sillas de ruedas, carritos de bebé, personas mayores. La plantilla muy agradable, menos un camarero de unos 50 años, con sobrepeso, español, que le pedías una cucharilla u otra cosa y te miraba como si le estuvieras pidiendo un imposible, seco y antipático. No sirve para estar de cara al público. Mi pareja y yo intentábamos comer en mesas que tienen asignadas otros camareros para "escapar" de él. El horario de la cena es supuestamente hasta las 22:00h pero a las 21:30h ya empiezan a quitar el buffet y las cucharas para servirse la comida. Vaya estrés, a cenar rápido. Quitando a ese sujeto, las dichosas escaleras, y los horarios de comida tan absurdamente estrictos, la estancia resultó satisfactoria, creo. Pero no repetiría.