El hotel es muy bonito por dentro, limpio, bien equipado y con buenas habitaciones (nos ha encantado el baño). El único punto negativo fue la señora de la limpieza que no paso el aspirador en 3 días que estuvimos alojados allí, ni tampoco solía reponer bien las toallas.
El hotel está algo lejos del centro (3,5km) pero muy bien comunicado, tanto con el aeropuerto con el S-Bahn 7, como con el centro ciudad con el Tram 71 a la puerta. También tiene un punto negativo es que no hay ningún bar, restaurante o supermercado cerca del hotel, hay que coger transporte o andar (1km).
Recomiendo este hotel por su calidad/precio, sobre todo a parejas exigentes.