Habíamos pedido una habitación de matrimonio y nos adjudicaron una habitación para "matrimonio en trámites de divorcio": las dos camas separadas unos 3 metros pero no en paralelo, una a la derecha y la otra a la izquiera de la habitación. Pedimos el cambio y nos facilitaron otra, muy grande, con dos camas juntas en el centro y otras dos individuales en los extremos. Techos altos, una sola luz (no muy intensa) en una pared y sin lámparas en las mesillas ni teléfono. El único interruptor de la luz estaba a la entrada (a unos 4 metros de la cama). Así y todo, agradecemos la atención del personal de recepción para facilitarnos el cambio. El desayuno muy justito en cuanto a variedad, pero no es el único hotel.